lunes, 21 de septiembre de 2009

Testamento de Drácula

Estas son mis palabras,mis últimas palabras.Crecen en torno a mí sin que yo las vigile,luego retornan a mi bocay en ella se aposentan para pasar la noche.Las digo en voz tan baja que ni tú las escuchasa ras de suelo, tan inaprensiblesque hasta las piedras las absorben.Todo es posible aquí. Tan sólo yosoy imposible, un rostrosin color ni volumenpor estas galerías donde se repitenespejos en espejos. Todos están deshabitados.Nada devuelve su espesor, salvo una luz confusa,dibujando mi ausencia entre los vidrios rotos.Narciso fui cuando vivía.Mientras no estuve en el arcén del tiempo,lo miraba pasar. La muerte ahoraes la venganza de los otros, deesos otros extraños a quienes amésin proyectarme en ellos. Ven a mí.No te haré ningún daño. Sabe quede soledad en soledadhuí de un cúmulo de eternidadespara cruzar la tierra. Fui viajero,me deslicé hasta sombras que antes no conocí,y en este exilio, cuando miro atrás,pienso en el sueño de los justos:un islote de espuma saturada de azul.Tal vez los fríos del invierno sean piadosos conmigo.Sé que sobre mi tumba nacerán flores amarillas.

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